jueves, 24 de marzo de 2011

LIBIA

Estaba leyendo el libro “La gran aventura del Reino de Asturias” cuando me topé con la referencia a la batalla de Clavijo; y dice así “Allí gritaron por primera vez unos españoles aquello de Santiago. Y en el fragor del combate, en efecto, apareció el gran jinete blanco, estandarte blanco en caballo blanco, como un rayo de luz, para inclinar la victoria de los cruzados”. Y qué quieren que les diga, uno se siente orgulloso de esa época de la historia de España, con sus luces y sus sombras, y el esfuerzo para reconquistar la tierra y expulsar al invasor sanguinario e intolerante. Pero claro, como todos los sueños tienen su despertar, el mío también lo tuvo en forma de noticia. España entraba en guerra con Libia. Y es decepcionante comparar la historia con el presente; de aquella España no quedan más que las merinas de la mesta y poco más.


Bueno, algo, algo, sí que queda… Aunque, justo es decirlo, no lo mejor precisamente. Tenemos un sosias de Godoy, el nuevo Príncipe de la Paz, y que además es el Paladín del paro, Adalid de la subvención, Mecenas del Despilfarro, Prócer de bancos y grandes empresas y Martillo de pensionistas, familias, funcionarios, pequeños empresarios y cualquier ser vivo exprimible (oigan, que he oído, que se cuenta, que se rumorea, que en las delegaciones de Hacienda van a poner a los ciudadanos que entren a hacer el pino, para acto seguido recoger las monedas que caigan y revender los móviles). El solo, bueno con el apoyo de bastantes y la indiferencia y ademán impasible de la mayoría, nos lleva, eso sí, muy sanotes por la prohibición del tabaco y a 110 Km./h, al averno de la historia. Otra vez España al pozo; y nosotros balando… Como diría Romanones, ¡Joder, qué tropa!

Y por si fuera poco el desastre que está liando, emula aún más a su predecesor, y después de su no a la guerra, nos mete en operaciones militares en Libia. ¡Y encima nos dice que es para proteger a la población Libia! No me extraña que quieran prohibir fumar, si con tanto humo como vende este Gobierno, los Protocolos de Kyoto están temblando. Nuestro Presidente del Gobierno, con su flamante Ministro de Defensa, esa que vende los carros de combate a países tan democráticos como Arabia Saudí, se mete en una cruzada, al compás dictado por Francia, para atacar Libia (¡anda!, no me había dado cuenta, en el servilismo a Francia, igualito, igualito que Godoy). Y todo eso por la democracia. Claro, claro, y los pajaritos maman…

Mire usted, Sr. Presidente, sin acritud se lo digo, todos sabíamos quien era Gadafi, excepto por lo visto usted, que le paseaba de la manita (y vídeos hay, ¿eh?); claro que su predecesor recibía un jaco del interfecto. Vamos, que esto es un toma y daca de bombas, jamelgos, petróleo y pasta. Y puestos a vender armas, ustedes se las vendían a espuertas, que un poco más y los Leopard II/E terminan en sus manos. Vamos, que por artes arcanas, en apenas unos meses, el déspota ha pasado de ser un ángel custodio del socialismo a un demonio implacable. ¡Pero cómo nos toman el pelo! El dictador libio dejó de ser una amenaza, que no un sátrapa, desde que Reagan le bombardeó… Sí, que los de la ceja no se tapen las orejas, caramba, que entonces la retroprogresía de tres al cuarto, esos niños mimados de familias bien del Régimen, jalearon al tirano e insultaron al vaquero; en ese preciso momento, cuando notó el silbido de un misil en su casa, se acabó su apoyo explícito al terrorismo, los atentados a europeos y norteamericanos, sus fanfarronadas, y, por lo tanto, el riesgo para los países vecinos. ¿O es que no merecían defensa los ciudadanos europeos y norteamericanos? Sinceramente me da envidia la coherencia y continuidad de la política exterior de otros países, gobierne quien gobierne, comparado con los bandazos de la política exterior española.

Usted y su gobierno se han paseado abrazando a cuanto dictadorzuelo en el mundo hay; y no han seguido por los extraterrestres porque su ministro no debió encontrarles de lo cegada que estaba con el acontecimiento planetario del tándem Zapatero-Obama, aunque anduviera próxima a la verdad, al menos respecto al gobierno de España… La presidencia del Sr. Zapatero es, sin ninguna duda, un desastre de categoría cósmica para España y veremos si para el mundo.

Si es por impulsar la democracia, eliminar genocidas y expulsar a dictadores, le sugiero que empiece por los próximos, que ya se sabe que no es bueno criticar casa ajena sin haber barrido la propia. Así que empiece por Guinea Ecuatorial (antigua colonia española), siga por el Sahara y Marruecos (más de lo mismo), luego se da un garbeo militar por Cuba (antigua provincia de ultramar), y cuando acabe, usted solito, sigue por las dictaduras islámicas, procede luego con las de Asia y termina su humanitaria labor de lanzar pepinazos en África; eso sí, tenga en cuenta que nuestros tanques se enajenaron a Arabia Saudí, nuestras fragatas a Marruecos, y así dictadura a dictadura… Recuerdo a Gila y su teléfono y me imagino la escena, en versión contemporánea… ¿Está el tirano? Sí del Presidente de España, mire que se largue que voy, sí, yo sólo ¿qué usted con leche? Bueno, pues ya puestos con unos churritos…

Si el objetivo es eliminar peligros a países terceros, ¿por qué se fue usted de Iraq? O ya puestos, ¿cómo es que no ataca a Irán con su programa nuclear? Que yo sepa, Libia no representa un peligro para país alguno. ¿A qué jugamos? ¿Qué intereses defendemos? ¿No será los de las petroleras francesas, inglesas o españolas? Y después de los bombardeos, ¿piensa usted mandar tropas?, porque no se ganan guerras desde el aire. Y ya puestos, después de Gadafi, ¿qué?, ¿la democracia?... Puff, y yo con estos pelos…

Nadie sabe a qué van, usted, los franceses y los ingleses, porque el Presidente americano ya ha puesto la marcha atrás. Su talante, su alianza de civilizaciones (¿estaba Gadafi ahí?), su multiculturalismo, no eran más que pamplinas políticamente correctas para anestesiar a un pueblo que bala contento, eso sí, cogiendo una pulmonía mientras toma su cañita en la puerta de un bar vacío, porque fumar, fumar, es peligrosísimo. Me fascina, tengo que reconocerlo, sus misiones humanitarias a golpe de misil, y a toque de bombazo… ¡Toma talante! Si lanzar misiles es humanitario, entonces las huchas del domund deben ser un acto beligerante. Eso sí, un pastón que va a costar la aventura, pero no se preocupen, que esta ronda también la paga el contribuyente español, porque dinerillo suelto para los milloncejos necesarios, su ministro de defensa no los debe tener en un cajón.

Y que me perdonen la sorna las víctimas, y no estoy pensando en los libios, que también lo son, sino en los militares españoles, siempre dignos cumplidores de su deber, que vendrán en bolsas o en camillas. Y me viene a la memoria la maldición del Cid, que es el karma de España, Dios Mío que buen vasallo si tuviera buen señor…

miércoles, 16 de marzo de 2011

EL DOMINO (II)

En el anterior artículo traté de plasmar mi visión, por supuesto siempre subjetiva, de los hechos que están ocurriendo en el mundo islámico; quería transmitir mi sensación, quizás intuición, quizás mera desconfianza atávica, de que nos encontramos frente a una partida de dominó, o puede que una partida de cartas, en la que frente a los tahúres se encuentran unos dirigentes inútiles y pardillos, absolutamente incapaces de prever los movimientos sociales y políticos de nuestro entorno. En el mundo romano, el mar Mediterráneo era la arteria por el que fluía la cultura y civilización grecolatina. En una obra titulada Las Ciudades de la Edad Media se dice que “su repentino empuje [referido al Islam] destruyó el mundo antiguo. Se acabó la comunidad mediterránea que se agrupaba a su alrededor. El mar cotidiano y casi familiar que relacionaba todas sus partes va a convertirse en una barrera entre ellas”.

           En resumen, el Islam, en su fase expansiva y colonizadora, destrozó las rutas de suministros del Mare Nostrum e hizo retroceder a Europa varios siglos en su evolución. Y miren ustedes, los siglos han pasado, de los romanos ya hay toda una generación que debe pensar que son un equipo de futbol, como creen que Witiza es una marca de zapatillas, pero el hecho cierto, persistente, recurrente, es que, si bien el Mediterráneo ya no es la arteria principal para Europa en la que fluyen cultura y bienes, sigue siendo su bajo vientre, y por mucho que pensemos en un mundo global, los vecinos, qué quieren que les diga, están muy alterados. Por muy molestos que sean, por muy superior que se crea esta sociedad occidental, por muchas declaraciones pseudoprogres que nos vendan, se está generando un alud para el que no nos han preparado, adormecidos con tanta alianza de civilizaciones y sandeces parecidas, en boca de unos retroprogres de mierda (con perdón) con el silencio de los cutres señoritos del cortijo; vamos los de siempre, especímenes todos que sólo piensan en alcanzar el poder para seguir exprimiendo nuestros bolsillos; ¿no opina Sr. Rodríguez Zapatero o usted, Sr. Ruiz Gallardón, que los ciudadanos tienen cara de limón de tanta pecuniaria explotación?


          Lo grave es que la civilización occidental se mueve por energía; no sólo coches, fábricas o casas; la tecnología, el desarrollo, el estado de bienestar, se mueve, mantiene y desarrolla a golpe de kilowatio, a chute de gasolina o a inhalación de gas. Somos una civilización yonqui de julios, de caballos de vapor, de centímetros cúbicos y amperios; y gracias a la irresponsabilidad y miopía de los políticos que padecemos para nuestro infortunio, las principales fuentes de suministro de energía que utilizamos (petróleo y gas) están en países inestables y, muchos de ellos islámicos.

          Cuando en el año 2009 escribí el libro sobre la crisis económica española, libro no publicado, sin duda debido a su baja calidad, partía del convencimiento, que hoy sigo manteniendo, que la crisis económica mundial fue, en gran medida, una crisis del petróleo, con una elevación de precio tan salvaje que puso al descubierto las entretelas de un sistema económico que necesitaba un saneamiento intenso. Y cuando proponía la implantación del hidrógeno como combustible de los vehículos, la energía nuclear como generadora de electricidad, la creación de puertos ferroviarios, en fin, una serie de medidas de implante progresivo, de bajo costo para los ciudadanos, de futuro, ya suponía que este Gobierno nefasto era incapaz de cualquier medida que no suponga más que el asalto a los bolsillos de los ciudadanos. Y así estamos, aguantando las subidas de la luz, que encarecen los costes de producción de nuestras empresas y arruinan a las familias españolas, que ya se sabe que este gobierno sangra a los ciudadanos para dar la guita a la banca. Eso sí, nos arruinan mientras podemos contemplar un paisaje de molinos de viento y paneles solares de eficacia más que dudosa, pero eso sí, caros, caros, caros. Y ya puestos, a fomentar el coche eléctrico, un producto para aquellos ricos que quieran un vehículo para moverse por la ciudad, porque para más no da de sí. Sospecho que el verdadero interés es mantener los beneficios de la gigantesca industria petroquímica y seguir desecando nuestros bolsillos, que de alguna parte hay que sacar para tanto apesebrado y político sanguijuela. Y ya puestos, que para algo la tela es de otros, enriquecemos a ciertos países, o más bien, a sus cúpulas dominantes y, ya puestos a hacer negocio, que nos compren los tanques destinados a nuestro ejército; así un día los podrán utilizar frente a sus propios ciudadanos (o frente a nosotros, quien sabe) y el politiquillo de turno podrá llorar lánguidamente y clamar en defensa de los derechos humanos. Claro, que a lo peor, nuestra flamante Ministro de Defensa, a la vista de la falta de seguratas suficientes para los cuarteles, prefiera venderlos, no sea que se los roben alguna de las mafias que por la piel de toro campan a sus anchas. Es lo que tiene pasar de pacifista a generala de los tres ejércitos en lo que se tarda en coger un teléfono para aceptar un cargo, que ya se sabe que la púrpura atrae mucho.

          Y ahora, con lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir en cualquier momento, con una cultura expansiva, agresiva, y contrapuesta a la occidental, con la llave de la energía en sus manos y una larga, dolorosa y sangrante revolución por hacer, en estos lares estamos sin haber hecho los deberes, eso sí, después de favorecer los dividendos de las grandes corporaciones financieras e industriales. Y ¿qué hace el Gobierno? Nunca se me hubiera ocurrido… Bajar la velocidad de los vehículos… ¡Qué portentos!